jueves, 5 de agosto de 2010

MADRID-TOLEDO

MADRID-TOLEDO

Empezaré relatándoos una mini salida en agosto con la de Lillo, hice Madrid-Toledo, unos 100 kilómetros, la mayoría por autopista.

Decidimos ir a ver a nuestro gran compañero Rafael para que nos echara una mano con las luces Xenon y los intermitentes (gracias guapi). La homologación como triciclo acarrea que los intermitentes traseros no deban estar integrados en carrocería, es por ello que Piaggio, decidió añadirlos fuera de ella y anular los de la carrocería, lo único es conectar un cable y de esta manera, funcionan 4 intermitentes traseros a la vez (en caso de warnings)

La cuestión es que como no sabía ni cómo llegar a Toledo, me puse los cascos del Iphone, me pegué el micro en la comisura de los labios y Lillo me hizo una llamada a mi móvil desde su móvil y coche (tarifa plana), así que….. estuvimos todo el trayecto conectados.

Me costó un poco coger confianza de nuevo a la moto, sólo la había tocado en abril y un día que me mandó a por helado, (debía estar embarazado y le vino el antojo) primero poquito a poco, rotondas muy lentas… pero enseguida entramos en autopista, poco a poco me fui soltando y en estas que Lillo me dice desde el coche… pásame, ponla a lo que dé de sí, y la verdad es que la moto superó los 160 km/h cuando lo adelantaba, como no me veía del todo confiada, bajé la velocidad de nuevo.

Entre 145 y 160 km/h noté un flaneo en el tren trasero, a la vuelto yo llevaba el coche y pude ver que a Lillo le pasaba igual, está claro que no son motos para circular a esas velocidades durante largos trayectos, pero para darle gas en un momento puntual, va muy bien, responde muy bien.

Por lo demás bien, muy bien, llegué agarrotada, me dolían los antebrazos y las rotondas se me resistían, fue complicado hacerme con el peso y volumen, además siempre dije que quería tocar bien el suelo con la moto que me comprara, y bueno, ahora me doy cuenta de que poco a poco, ya incluso toco plana, simplemente ladeando-inclinando brevemente el volante y apoyando sólo el pie izquierdo.

A la vuelta estaba cansada de moto, así que Toledo-Madrid lo hizo Lillo y yo en el coche.

Reseñable hay que en la M50 a la altura de Nassica, Lillo dio un bote…. En las juntas de dilatación de la autopista, al pasar por ahí e ir a cierta velocidad, la moto se elevó bastante e incluso lillo levantó el culo del asiento, se me puso el corazón en un puño al ver ese salto y creo que suerte de las dos ruedas delanteras, sino, posiblemente hubiera acabado en el suelo.